En la filosofía tantra existe una gran diferencia entre el orgasmo y la eyaculación. No todos los hombres que eyaculan llegan a tener un orgasmo. Incluso en el tantrismo se llega a pensar que la eyaculación es la barrera que impide al hombre alcanzar el verdadero orgasmo. Para conseguir ese estado de satisfacción, y a la vez de autocontrol, es muy importante fortalecer los músculos que rodean el pene, llama lingam, que son los responsables de las erecciones y la eyaculación. Cuando el hombre consigue relajar y contraer el lingam voluntariamente no solo puede tener erecciones más prolongadas sino que puede controlar la eyaculación.