El masaje tailandés es ampliamente reconocido en todo el mundo, ya que tiene una gran audiencia y público que lo hace a diario. Sobre todo su popularidad se viene acentuando, en medida que el masaje libera a la persona no solo de estrés, cansancio y preocupaciones, sino que además es un reconfortante espiritual.
Para detallar mejor esto, veamos todo lo que debemos saber sobre el masaje tailandés y como incide en el cuerpo su práctica.
Tal como su propio nombre lo indica, el masaje tailandés, viene precisamente de Tailandia, un país del sureste de Asia. Allí monjes, maestros y guías espirituales dieron origen y definieron lo que sería el masaje tailandés.
La filosofía de este tipo de masajes, es sustentada por la cultura asiática, en este caso la tailandesa, que el cuerpo posee en su interior una energía y fuerza vital. Esta especie de energía está conectada por los diversos chakras que la persona posee.
En ese sentido, el masaje tailandés es una herramienta ideada para desbloquear la energía que emana del cuerpo, y de esta manera poder distribuirla por el mismo. Ya que al estar bloqueada, se generan enfermedades, en cuanto a lo físico; mientras que en lo emocional se llegan preocupaciones, estrés y ansiedad.
Para lograr desbloquear estas energías internas, el masaje tailandés se aferra de dos mecanismos los cuales son la presión en ciertas áreas del cuerpo, así como el estiramiento de los músculos.
Cuando se llega a recibir de forma regular y constante el masaje tailandés, la persona empieza a ver algunos beneficios cuantiosos a su vida, entre ellos destacamos los siguientes:
Es importante establecer que los efectos del masaje tailandés, se dan en cuanto el masajista aplica las presiones y lo estiramientos que son ideados en esta práctica. De allí, según la tradición tailandés se activa el flujo de energía vital que recorre todo el cuerpo, sanando las dolencias de corte físico y espiritual de la persona.
Cuando se va a dar el masaje, es conveniente que el espacio, sitio o lugar sea agradable, cuente con ventilación, sea lo suficientemente amplio; deberá de contar con una iluminación indirecta y con elementos que armonicen con el lugar y la situación, como velas aromáticas, flores y música relajante.
Se puede utilizar un colchón o colchoneta, para que el receptor del masaje se pueda acostar, con algunas mantas y cojines alrededor para colocarlos en rodillas, cabeza y espalda que servirán de soporte para los distintos masajes.
Por su parte el dador del masaje, en este caso el masajista. Debe estar espiritualmente, emocionalmente y físicamente en óptimas condiciones. Debe evitar el masajista cualquier emoción negativa, como preocupaciones, ansiedad, cansancio o estrés al momento de dar un masaje.
Se requiere que el dador del masaje, este en un estado de ánimo tranquilo, sosegado y relajado. Para que pueda transmitir una energía adecuada a la persona receptora del masaje.
Igualmente, se recomienda llevar ropas holgadas para permitir una mayor capacidad de desenvoltura al aplicar el masaje. Conservando también una higiene total y celosa, no solo del cuerpo, sino también de sus ropas.
Finalmente, es muy recomendable que aquella persona que se dedique a realizar masaje tailandés. Practique todo tipo de actividades que renueven su energía y fortalezca su espíritu, tales como: tai-chi, yoga, meditación. Pero también que sea receptor de masajes, en especial el propio tailandés
En cuanto al receptor del masaje. Es importante hacerle saber en qué consistirá el masaje y que beneficios traerá para su vida.
Entre otros aspectos, se le debe hacer hincapié que cualquier molestia que sienta, por una presión o estiramiento más usual de lo tolerable, debe comunicarlo de inmediato, sin problema alguno.
Por otra parte, la persona que será receptora del masaje deberá de ir vestida con ropas holgadas para dejarse dar el masaje con mayor comodidad, también se recomienda vaciar la vejiga antes del masaje, e incluso durante el mismo, si es necesario.